PROF. VITALINA GALLARDO DE ABINADER


Nació en la Ciudad de Santiago, República Dominicana, el día 30 de Enero del 1930, fruto de matrimonio de Domitila Herrera (Profesora) y Juan Victoriano Gallardo (Electricista).

Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal y los secundarios en el Centro Educativo Salomé Ureña, en Santo Domingo. Sus estudios universitarios los cursó en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Se invistió como Licenciada en Educación, en calidad de “Alumna Meritoria”, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

En 1950 contrae matrimonio con el Licenciado José Elías Abinader, unión que procreó a la Licenciada en Finanzas Dionis Abinader de Estrella, hoy directora y propietaria de la academia de belleza Miss Key y a Josefa Adalgisa Abinader (Doctora en Medicina), hoy directora y propietaria de la academia de belleza Ada y a la licenciada Saudy Abinader contadora pública autorizada y sub directora de ambas academias.

Cuando muere una mujer de la dimensión, humana, moral e intelectual como Vitalina Gallardo en el cielo se apaga una estrella. En sus visitas a las escuelas, siempre dejaba un mensaje a los maestros, niños y a la comunidad, en su permanente contacto humano en post de la enseñanza.
Trabajó con humildad, sencillez, sin jactancias y siendo amiga de todos, vivió y sintió el magisterio como algo intimo y con romanticismo, con la creencia de que trabajando con lealtad se podría alcanzar la meta del ideal que acarició. En su trayectoria por el pasaje de la instrucción dejo huellas indisolubles en la imaginación de varias generaciones de maestros y alumnos. Un sector se siente agradecido, y otros por falta de conocimiento
son indiferentes.
Durante su trajinar por el magisterio, dado su estoicismo, se enfrentó a los amargos embates de la vida, dada su indoblegable postura de cumplir con sus obligaciones como una abanderada de la enseñanza, no consintió servilismos en su obligación pedagógica.
Colaboró con los maestros que tuvo a su cargo.

Vitalina gallardo acaricio con la humildad de los dioses y la conciencia de los sabios el noble ideal de construir una sociedad justa y necesaria, que se enrumbara por el sendero del engrandecimiento colectivo
Ya no escucharemos su voz débil y pletórica de ternura deslizarse por la brizna de la conciencia,
Con esta señora murió una gran educadora, pero sus acciones servirán para encender la antorcha de la dignidad y el vigor indoblegable de la ilusión y el futuro.

Producto de su formación y liderazgo en el 1954 fue escogida para ser nombrada como profesora en la Escuela Ingenio Arriba. Donde laboró por cinco años ininterrumpido, pasando, en el año 1959 a la sesión la Ciénaga, donde sembró su semilla, dándose en cuerpo y alma. Murió adorando la escuela que con tanto amor y esmero hizo.
Luego de transcurrir los años laborando en la zona rural como premio a su fructífero quehacer escolar, fue designada como directora en la escuela, la cual hoy llevará su nombre.

¡Honor a quien honor merece!